Cuando hablamos de contratar un interim manager, hablamos de que lo que se busca es mejorar una situación en un periodo de tiempo concreto. Como nos dicen los expertos en interim manager de qmt.es, con un interim manager se puede trabajar con más rapidez que con un directivo que esté en una posición permanente y en situaciones semejantes en las compañías.
Lo que interesa es saber la razón de esta gran diferencia en el rendimiento, pues se debe asumir que los directivos tienen la misma competencia, pero hay dos grandes motivos que lo justifican.
Pensemos en el propio interim manager y en factores como la experiencia, el foco o su capacidad para adaptarse. De igual forma la importancia y urgencia que se concederá en la empresa al proyecto.
El interim manager: experiencia, foco y capacidad para adaptarse
Este profesional se elige de forma concreta para un proyecto al contar con experiencia, donde deberá haberlo hecho otras veces, demostrar su valía y que le gustará mucho. Por este motivo no habrá el retraso inevitable que puede haber en una posible curva de aprendizaje.
Este profesional suele contar con mayor experiencia en proyectos relacionados con el cambio, siendo todo ello su modo de vida.
De igual forma cuenta con mayor experiencia en este tipo de proyectos, haciendo de ello su modus vivendi. La gestión del cambio no es algo que solo es técnica, también tiene importancia la gestión del aspecto humano.
Hay cambios en las empresas que se quedan bloqueados en los niveles medios de las organizaciones, pues es allí donde van a encontrar serias dificultades que pueden trasladarse a los niveles operativos.
Unos niveles operativos de importancia, puesto que los integrantes se van a ver afectados de manera directa por los cambios. Si se quiere garantizar el éxito, hay que lograr que todos los equipos en todos sus niveles implanten y acepten dichos cambios.
Los interim manager saben la forma en la que servir de ayuda a los mandos intermedios para el traslado de cambios a niveles inferiores en las organizaciones.
Como tiene experiencia en distintas empresas y sectores, lo que da es una visión nueva y fresca. Puede incorporar prácticas mejores y hacer un análisis de los procesos con objetividad, pues no va a estar condicionado por estos.
Piensa que el haber trabajado en distintas culturas a nivel de empresa posibilidad que el aterrizaje sea más veloz, lo mismo que su adaptación. Aportar ideas nuevas a la organización es positivo a la hora de motivar al equipo que trabaja con este profesional y en sus resultados.
La empresa: importancia y urgencia del proyecto
La sensación de urgencia existe, pues cuando se contrata a un profesional de este tipo se quiere que mejore una situación en un periodo de tiempo concreto. Por ello, lo más normal es que se ponga una fecha donde el proyecto deberá haber acabado.
Cuando se trabaja con una fecha límite, lo que ocurre es que se presiona el desarrollo del proyecto y se acelera bastante el ritmo.
Otro elemento fundamental es el apoyo por parte de los órganos de gobierno. Muchos de los proyectos del interim management cuenten con el impulso y contratación del consejo, la dirección, etc. Se produce un cambio de actitud, la cuál será más abierta en la organización y aumente el compromiso de los mismos con los cambios. Un signo de que la señal es inequívoca y que el proyecto se hará de una forma u otra, pero se hará al final.
Otro de los factores de importancia es que el proyecto va a responder a una situación en concreto que el equipo llevará sufriendo desde hace algún tiempo. En este sentido, la llegada del profesional es percibida en muchas ocasiones como un alivio de situaciones que no saben cómo resolverse o que no se priorizan.
El foco es otra razón de la rapidez. Cuando hay un proyecto nuevo, es ejecutado por una persona que tendrá dedicación en exclusiva. No se va a repartir entre diferentes ejecutivos que lo van a tener que ir compaginando con su trabajo diario, algo que suele verse bastante en España y que da buenos resultados. Ralentiza el trabajo de los ejecutivos del proyecto.
Conclusiones
Al trabajar del orden del 70% u 80% más rápido que un directivo fijo, el coste para el proyecto es bastante menor. Por todo ello, pensamos que contratar a un profesional de este tipo es una inversión rentable. Una inversión que queda definida y con la que poder conseguir resultados en menos tiempo y con más rendimiento respecto a otro tipo de opciones.