La importancia de la seguridad en el mundo del mar

A todos nos gustaría disfrutar de unas merecidas vacaciones en familia o con amigos en medio del océano Atlántico o en el mar Mediterráneo disfrutando de sus aguas cristalinas y del sol mientras nos tumbamos en la cubierta de nuestro yate sin mayor preocupación que saber a qué hora vamos a comer o cenar y es que en un momento dado, todos queremos desconectar de nuestra rutina diaria para dar rienda suelta a la relajación y al ocio. Pero, para que esto ocurra así, debemos tener nuestra embarcación en las mejores condiciones en cuanto a su integridad y por supuesto, para que todo fluya sin ningún inconveniente, también debemos llevar con nosotros todos los elementos de seguridad necesarios por si algo sucediese mientras navegamos. Estos trabajos previos a la salida al mar nos llevarían horas o incluso días, por ello, podemos confiar estas tareas a profesionales como Balsamar, que nos tendrán a punto nuestra embarcación para que tan solo nos preocupemos de soltar amarre y disfrutar.

En el mundo del mar diferenciamos a los barcos por su uso, su tamaño, su capacidad… pero los que habitualmente usamos para disfrutar de unas buenas vacaciones son las embarcaciones de recreo que clasificamos por zonas, de la uno a la siete según la zona por la cual puedan navegar, teniendo en cuenta que la primera es navegación ilimitada mientras que el número siete corresponde a una navegación en aguas costeras protegidas, puertos, radas, rías, bahías abrigadas y aguas protegidas en general y, como es lógico, de ello dependen los mínimos de equipamiento de seguridad que debamos llevar. Además, debemos tener en cuenta ya que en ocasiones puede generarnos confusiones que la zona de navegación, que asigna la Dirección General de la Marina Mercante en función del equipo de seguridad que llevemos no tiene nada que ver con la categoría de diseño del medio de transporte puesto que esta la determina el fabricante en función de las condiciones de mar y viento para las que haya sido proyectada y construida la embarcación y que nos podemos encontrar en categorías que van de la letra A hasta la D, siendo la primera la que abarca un mayor número de usos.

En las diferentes webs de los organismos públicos estatales que se encargan de la materia podemos encontrar la lista actualizada de las medidas de seguridad mínimas obligatorias para cada caso que debemos llevar en nuestro barco y que, si no salís al mar habitualmente y solo lo hacéis en época estival os recomendamos consultar al menos antes de partir puesto que de lo contrario si salimos a navegar sin los mínimos y las autoridades se dan cuenta de ello, podemos incurrir en una infracción que podría llegar a ser hasta muy grave, con lo cual, tomarnos un minuto para consultar la información nos puede librar de costosas multas y por supuesto, darnos una mayor seguridad a la hora de salir a disfrutar de nuestra actividad favorita.

Usualmente, cuando salimos al mar con amigos y familiares lo hacemos yéndonos a zonas no muy lejanas de la costa, introduciéndonos mar adentro hasta una distancia de unas doce millas, o lo que es lo mismo, hasta el límite de la zona número cuatro, ya que en este punto gozaremos de la tranquilidad de estar solos y poder disfrutar del sol o de un buen baño pero con la tranquilidad de que en pocos minutos podremos estar de vuelta en la costa para tomarnos algo con calma en uno de los chiringuitos de la zona de playa o de la marina del lugar.

Los últimos avances tecnológicos aplicados a la seguridad en el mar

La tecnología ha llegado a nuestras vidas para quedarse y desde hace unos años nos hemos mentalizado de ello y tratamos de dar cada día un paso más, que nos lleve a un futuro mucho más seguro, cómodo y conectado. El mundo del mar no iba a ser menos y es que los últimos avances han dotado a las nuevas embarcaciones de elementos que les permites multitud de nuevas funciones además de mejorar las ya existentes. Estas evoluciones no solo pasan por buques de grandes dimensiones o militares, sino que, a nuestras embarcaciones, las de recreo, también las ha dotado de nuevos mecanismos de seguridad que permiten una geolocalización con una gran exactitud por si en un momento dado la necesitásemos, además de conseguir automatizar el rumbo de los barcos con tan solo introducir unas coordenadas y unos parámetros relativos a la velocidad, entre otros. Asimismo, elementos de gran utilidad como el sonar, utilizado desde hace muchos años, se han reinventado añadiendo componentes y sensores que les dotan de una mayor precisión e incluso ya son capaces de permitirnos interpretar sus sonidos de retorno en pantallas, mediante imágenes en tres dimensiones. En el caso del periscopio, atrás quedan ya los tiempos en los que se montaba un tubo lleno de espejos que permitía a uno de los marineros saber que ocurría en superficie, hoy en día se emplean cámaras que graban en trescientos sesenta grados y que se pueden controlar desde diferentes pantallas en el puente de mandos, con lo que todos los presentes en la sala son conscientes de lo que ocurre sobre sus cabezas y no uno solo de ellos, por lo que con este avance, al igual que con los anteriormente citados y otros muchos que nos han quedado por el camino, el futuro de la navegación pasará por una época mucho más segura y controlable.

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