Tu salud física depende de tu salud mental.

A menudo solemos pensar que nos encontramos mal porque tenemos algún tipo de lesión, enfermedad, resfriado común e incluso alergia. Sin embargo, la mitad de los males físicos que sufrimos (y sobre todo los más persistentes) tienen su origen en nuestra propia mente ¿lo sabías?

Nuestra mente tiene un poder increíble, y es capaz de curarnos o enfermarnos con una facilidad pasmosa. Si supiéramos usarla debidamente, nos libraríamos, no sólo de muchas preocupaciones, sino también de muchos malestares físicos.

Con esto no queremos decir que si tienes una enfermedad genética o degenerativa sea por culpa de tus pensamientos expresamente; sin embargo, podemos afirmar que tu actitud ante la misma tiene mucho que decirte acerca de la mejoría o el empeoramiento que podamos sufrir tras padecer esa enfermedad.

Si quieres saber más acerca de esto, quédate a conocer cómo afecta la salud mental a nuestro cuerpo físico y cómo podemos cuidar nuestra mente para prevenir cualquier malestar.

¿Qué factores nos pueden indicar que tenemos una mala salud mental?

Tener una mala salud mental es algo común en muchas personas hoy en día. El estrés, la sobreinformación y la presión laboral hace que las personas de esta sociedad muestren más preocupación por cumplir como “robots” en todo lo que se proponen, en lugar de darle un respiro a su mente.

Sin embargo, tener mala salud mental no es sinónimo de estar un poco triste a veces o pasar por una época de enfados. Hay factores que definen claramente que nuestra salud mental se encuentra en peligro y debemos hacerles caso. Entre ellos, nos encontramos:

  1. Cambios bruscos en el estado de ánimo.

Si tenemos cambios que pasan de alegría a tristeza con brusquedad, podría indicar que pasamos por problemas hormonales… o podrían indicar que algo nos ocurre. Quizá no nos sentimos bien con nosotros mismos en nuestro interior, y eso nos lleva a estar tristes o enfadados creando una sensación generalizada de malestar emocional.

Socialmente está mal visto que estemos tristes o de mal humor (sobre todo por algunos países como en Japón) y puede que por esta razón quieras dar “buena cara” a los demás. Sin embargo, esto no tendrá buen fin, al igual que tampoco lo tiene sentirse mal a diario.

  1. Cambios en el comportamiento diario.

Tu cuerpo puede manifestar el malestar mental de muchas maneras:

Si tienes depresión o ansiedad, sufrirás de insomnio o de lo contrario, de exceso de sueño.

De la misma manera, puede afectar a tu forma de comer, haciéndote tener poco apetito o tener demasiado. En cualquier caso, si te sientes mal emocionalmente, notarás una gran falta de energía o fatiga constante.

  1. Dificultades para concentrarse.

Las personas que no se sienten bien mentalmente suelen tener mil cosas en la cabeza (la mayoría malas, guiadas por la ansiedad o la depresión).

Esta sobrecarga mental puede hacerlas sentir dificultades a la hora de concentrarse, decisiones o recordar información.

  1. Cambios en las relaciones sociales.

Con todo ese malestar, las personas tienen a aislarse.

El aislamiento social es un factor clave para determinar si alguien está sufriendo depresión o algún otro problema que afecte a su salud mental.

Esta persona puede intentar aislarse para no tener que someterse a la presión de hacer amigos o evitar el conflicto que tiene con el resto de personas debido a su estado anímico.

  1. Pérdida de interés o placer.

Aquellos que se sienten tristes o desesperados, presentan una disminución significativa en la motivación o interés por actividades previamente disfrutadas, incluyendo hobbies, pasatiempos o relaciones sociales.

  1. Cambios en el autoconcepto.

Esto incluye que la persona se sienta con baja autoestima, culpa excesiva, autocrítica constante o que tenga pensamientos negativos recurrentes acerca de uno mismo.

  1. Cambios en los hábitos.

Si observas que la vida de alguien a quien conoces está manejada por el uso excesivo de alcohol o drogas, puedes confirmar que siente depresión y otros problemas mentales.

Este paso es muy peligroso, ya que las personas que acaban entrando en círculos de adicción para sentirse mejores consigo mismos, suelen presentar muchas dificultades para salir de ese pozo. Sin embargo, todo tiene solución en esta vida, y en este caso no iba a ser menos.

  1. Síntomas físicos inexplicables.

Exactamente de esto trata este artículo.

¿Cuántas veces has sentido dolores de cabeza frecuentes, musculares o gastrointestinales sin causa física identificable? Muchas personas, incluso acaban sometiéndose a numerosas pruebas para poder dar con el origen de su dolencia, temiendo sufrir alguna enfermedad.

Sin embargo, en la mayoría de los casos nuestro peor enemigo es nuestro malestar emocional, y es el causante de que sufras esos dolores a diario.

Enfermedades físicas que podemos sufrir a causa de tener una mala salud mental.

Por si fuera poco, el poder de nuestra mente es tan poderoso que puede causarnos algo más allá de un común un dolor de cabeza. Entre las enfermedades físicas que puede generarnos una mala salud mental, tenemos:

  1. Enfermedades cardiovasculares.

La depresión, el estrés crónico y la ansiedad pueden aumentar el riesgo de enfermedades del corazón.

  1. Trastornos gastrointestinales.

El estrés y la ansiedad pueden desencadenar (o empeorar) trastornos gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable (SII), la enfermedad inflamatoria intestinal (como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa) y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).

  1. Sistema inmunológico debilitado.

El estrés puede afectar negativamente el sistema inmunológico, lo que puede aumentar la vulnerabilidad a infecciones, retrasar la curación de heridas y disminuir la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades.

  1. Dolor crónico.

La conexión entre la salud mental y el dolor crónico es compleja. La depresión y la ansiedad pueden aumentar la percepción del dolor y dificultar su manejo eficaz, como ocurre con la fibromialgia.

  1. Trastornos hormonales.

Vivir situaciones de mucho estrés o depresión puede alterar el equilibrio hormonal de nuestro cuerpo, afectando la producción de hormonas clave como el cortisol y la hormona del crecimiento. Esto puede contribuir a enfermedades relacionadas con la tiroides, como el hipotiroidismo y el hipertiroidismo.

Por todo ello, nuestra salud mental debe ser nuestra prioridad, ya que como hemos mencionado y nos recuerdan los redactores de Business Insider, el malestar emocional tiene más capacidad de mostrarse a través de nuestro cuerpo antes que en nuestra propia mente.

Cómo cuidar nuestra salud mental.

¿Cómo podemos entonces, cuidar nuestros pensamientos y tenernos en cuenta?

Existen maneras de prevenir el malestar emocional y ayudarnos a prevenir cualquier malestar físico, y es importante tenerlas en cuenta para mantenernos inmunes ante cualquier mal que quiera perturbar nuestra tranquilidad.

A través del autocuidado, aprenderemos a dedicarnos tiempo para atender nuestras necesidades emocionales, físicas y mentales. Haciendo actividades que nos gusten, practicando ejercicio con regularidad, leyendo o escuchando música, podemos cuidar nuestro interior de una manera excepcional.

Por supuesto, debemos aprender a escucharnos y establecer límites cuando algo o alguien nos haga infelices. Aprende a decir «no» cuando sea necesario y establece límites saludables en tus relaciones y compromisos; esto te ayudará a mantener un equilibrio adecuado entre tus responsabilidades y tu bienestar personal.

Para encontrarnos mejor, también deberemos mantener una rutina diaria saludable, respetando nuestro tiempo de sueño y comiendo de forma equilibrada. Asimismo, mantener conexiones con otras personas y socializar, nos hará sentirnos mejor con nosotros mismos. El ser humano es un animal que disfruta en compañía de otras personas, así que, por mucho que debamos disfrutar de nuestra soledad iluminadora, no nos sentará bien aislarnos. En el caso de sufrir depresión o algún trauma, siempre podemos acudir a reuniones de apoyo con más personas que se sientan mal. Compartir tus pensamientos y emociones con personas de confianza puede ayudarte a enfrentar desafíos y reducir el estrés.

Para sentirnos mejor con nuestra mente no hay mejor bálsamo que una buena meditación. La meditación ayuda a identificar nuestros problemas y miedos más profundos, y nos inspira a ver las cosas desde otra perspectiva. Mediante ella, lograremos reducir la ansiedad, el estrés y promover la calma mental.

Hoy en día, está más que recomendado limitar el consumo de noticias y redes sociales para mantener una buena salud mental. Estamos más informatizados que nunca, y esto puede ser abrumador para algunas personas, ya que, además, la mayoría de información que recibimos está alterada de alguna manera u otra para satisfacer un deseo. Establece límites en el tiempo que pasas viendo noticias o utilizando las redes sociales.

En el caso de sufrir una enfermedad y sentirte mal, te recomendamos intentar poner una actitud lo más positiva posible. Sabemos que el dolor físico puede ser lo peor, pero piensa esto ¿qué aporta de bueno estar todo el día quejándonos y diciendo que vamos a peor? Podrás experimentar una mejoría de dentro a fuera si mantienes una actitud positiva, te lo aseguramos e incluso hay casos de personas que se han curado de enfermedades peligrosas sólo poniéndole ganas a la vida.

Para acabar, te recomendamos buscar ayuda profesional. Si estás experimentando dificultades significativas en tu salud mental, no dudes en buscar ayuda profesional; el psicólogo puede brindarte el apoyo que necesitas, ya sea a través de terapia, medicación u otras intervenciones según sea necesario.

Como dicen los expertos de FINS ARA Accesibilitat i Mobilitat, la salud mental es hoy en día igual de importante como la salud física, y como hemos aprendido, la una no puede funcionar sin la otra.

Por este motivo, esperamos que te cuides y te mimes mucho a partir de ahora, ya que, para sentirnos mejor físicamente, primero debemos sentirnos mejor por dentro.

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