¿Te estás preguntando cuáles son los fundamentos del Derecho Penal? ¡Tranquilo! Nosotros te damos la respuesta. Los fundamentos del Derecho penal son una serie de principios y valores en los que se basa esta rama del derecho. Estos fundamentos son vitales para garantizar la justicia y el respeto a los derechos fundamentales en el sistema judicial penal. A continuación, te detallamos estos fundamentos:
- Legalidad. ¿Qué establece el principio de legalidad? Establece que no existe delito ni pena sin que haya una ley previa que los establezca. Esto quiere decir que ninguna persona puede ser sancionada o penada por una acción que no esté tipificada de manera expresa como delito en una ley. Tal y como lo han expresado los profesionales especializados en Derecho Penal del Bufete Pablo Antolín Huelin, en Burgos, ya que están en continua evolución y formación para adaptarse a las novedades jurídicas y legislativas. También se caracterizan por un trato de cercanía con el cliente.
- Culpabilidad. La culpabilidad es un elemento clave en el Derecho Penal. Y es que, todo delito supone que su autor haya actuado de forma consciente y voluntaria. Es decir, que dicha persona tenga la capacidad de comprender y controlar sus propias acciones.
- Intervención mínima. ¿Cuál es el principio de intervención mínima? Este principio establece que el Derecho Penal será el último recurso para resolver diferentes conflictos y para proteger el orden social. Esto lo que busca es limitar la aplicación del derecho penal a aquellos casos más graves y peligrosos. Para ello, hay que dar prioridad a otra forma de solución de conflictos.
- Humanidad. El principio de humanidad se refiere a que este derecho debe respetar la dignidad y los derechos personales del individuo. Da igual que sea la víctima que el delincuente. Esto supone que las penas y medidas de seguridad tienen que ser proporcionales. Por ejemplo, no deben infringir ningún grado de tortura ni tratos que resulten degradantes. También se debe considerar la reinserción social del delincuente.
- Proporcionalidad. El principio de proporcionalidad en el Derecho Penal supone que tanto las penas como las medidas de seguridad tienen que mantener una proporción con la gravedad del delito que se ha cometido, así como con las circunstancias del autor. De esta manera se asegura que no se puedan imponer penas desproporcionadas o severas.
Crimen y castigo: la evolución histórica de esta rama del derecho
Para hablar de la evolución histórica del Derecho Penal debemos remontarnos a la antigüedad, con la existencia de distintos sistemas de justicia penal en civilizaciones como Mesopotamia, Grecia, Roma y Egipto.
En Mesopotamia, se aplicaban unos códigos penales que eran estrictos y severos. Estos códigos incluían la pena de muerte, amputaciones y diferentes castigos físicos, como la flagelación. Estos códigos, como el Hammurabi, establecía una relación proporcional entre el delito y la correspondiente pena, aunque la realidad es que no existía una distinción exacta entre el delito penal y el civil.
En Egipto, por su parte, el Derecho Penal se basaba en una idea de justicia divina y se aplicaban sanciones que se basaban en la proporcionalidad y la reparación del daño causado. Por otro lado, los castigos podían ser crueles, por ejemplo algunas de las penas eran la castración o la pena de muerte.
En Grecia, el Derecho Penal estaba influenciado por la filosofía de Sócrates y Platón. Estos buscaban la corrección y la educación del delincuente. Existían leyes penales, pero el castigo no tenía porqué ser siempre físico, sino que se fundamentaba en la armonía social y en el equilibrio.
Por su parte, en Roma, el Derecho Penal se regulaba por el Derecho de las Doce Tablas, donde se establecían diversas penas y delitos. Pero el sistema penal romano también tenía un concepto de justicia reparadora, así como de la compensación del daño causado.
Durante la Edad Media, el Derecho Penal estaba influenciado por la iglesia Católica, que fue la que estableció el concepto de pecado y de castigo como forma de redención. Durante este periodo, las penas eran muy crueles y deshumanizadas, por ejemplo, la quema en la hoguera y la tortura.
En la época moderna, el Derecho Penal evolucionó hacia un enfoque más racional y humanitario.
En la actualidad, el Derecho Penal está en constante evolución y se ha adaptado a los cambios tecnológicos y sociales. Se busca, sobre todo, la reinserción y la rehabilitación del delincuente, en vez de un castigo retributivo.
Por otra parte, se ha ampliado el ámbito del Derecho Penal para abarcar ciertos delitos, como el terrorismo, el crimen organizado, la delincuencia económica y los delitos contra el medioambiente.
Mentes criminales: el papel de la psicología en el Derecho Penal
La psicología desempeña un rol crucial en el Derecho Penal. ¿Por qué? Porque ayuda a comprender aspectos y asuntos relacionados con el comportamiento humano, la personalidad y los trastornos mentales en el contexto de la legalidad.
Uno de los roles de la psicología en el Derecho Penal es evaluar el estado y la competencia mental de las personas acusadas de un delito. Los responsables de evaluar y hacer analísis psicológicos son los psicólogos forenses. Estos comprueban si un acusado comprende el proceso judicial. Además, colabora en su defensa junto al abogado y es capaz de comprender la naturaleza de los cargos en su contra.
Otro de los papeles de la psicología en el Derecho Penal es que ayuda a comprender las motivaciones y los factores que llevan a una persona a cometer un delito. Es relevante en casos de delitos violentos o sexuales, en los que el análisis psicológico proporciona información valiosa sobre los patrones de comportamiento.
Terminamos este artículo sobre los fundamentos del Derecho Penal, explicando que el papel de la psicología en esta rama del derecho proporciona información y evaluaciones que se basan en el conocimiento científico de la conducta humana. Con ello, se garantiza que las sentencias y decisiones legales sean equitativas y lo más justas posibles. Pero sobre todo que están basadas en una comprensión profunda de las capacidades y limitaciones de los individuos que están involucrados en el sistema de justicia penal.