Menorca es una isla natural y de punta a punta hay exactamente 53 kilómetros. Ofrece parajes naturales, es segura y está bien conectada. Es el destino ideal para disfrutar de playas con aguas turquesas y arena blanca.
Macarella es una playa paradisíaca que está ubicada por el litoral sur de Menorca. En su entorno se forman dos calas pequeñas, una al norte y otra al este denominada Macarelleta.
La Cala Turqueta es una de las más populares de la isla y está muy cerca de Macarella. Es una cala virgen que destaca por su fina arena y aguas azules.
La Cala Blanca es pequeña, ya que tiene 45 metros de longitud y 140 de anchura, pero te encantará su arena blanca. Cerca de ella hay una oferta amplia de hoteles, bares, restaurantes y terrazas.
En la Cala Pregonda podrás bañarte en sus aguas cristalinas y encontrarás el relax y su arena de color rojo. En la Cala Escorxada disfrutarás de sus aguas turquesas y de la tranquilidad, porque es una de las playas menos aisladas de Menorca.
El diario ABC informa que «la isla de Menorca puede presumir de haber mantenido su esencia y su sencillez al margen de la invasión turística que han sufrido otros destinos. Con su interesante legado histórico de talayots y monumentos megalíticos, sus mercados artesanales y agroalimentarios y su parte rural más auténtica, la isla seduce a medida que se descubren sus calas de aguas con toda la gama de turquesas que se pueda imaginar y los rincones urbanos de dos lugares únicos: Mahón y Ciudadela».
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Es una ciudad perfecta para descansar y descubrir sus magníficas calas y su gastronomía.
La ensaimada forma parte de la gastronomía menorquina. Los ingredientes que se utilizan para preparar este dulce son: harina, agua, azúcar, huevos y manteca de cerdo.
En las pastelerías puedes probar la lisa, es decir, aquella que no va rellena de nada, aunque la que lleva cabello de ángel es la más vendida. También pueden estar rellenas de crema tostada, nata montada, sobrasada, chocolate, queso de Mahón, etc.
Debes saber que la ensaimada es un dulce de origen judío, ya que era un pan dulce sin manteca de cerdo que preparaban para el sabbath, es decir, su día sagrado que comienza el viernes y concluye el sábado.
Desde el momento en que se produce la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos, los conversos que permanecieron en Mallorca, se vieron obligados a consumir alimentos prohibidos por su religión, como el cerdo.
No hay testimonios escritos, pero sí
hay referencias en la Diáspora. En la isla de Cerdeña, los judíos elaboraban ensaimadas sin manteca.
Incluso, la profesora Devora Chomski en su libro ‘Cocina judía para celebrar la vida’, también le atribuye origen judío: “La ensaimada es una pasta dulce cuya elaboración era característica en las casas judías de Mallorca. Lleva una grasa que tradicionalmente era aceite de oliva, reemplazada posteriormente por grasa de cerdo”.
Los panes trenzados también son de origen judío. Anita Bensadón, autora del libro ‘Dulce lo Vivas’ explica: “Cuando a los panes les damos forma circular como a las ensaimadas, hacemos votos por una larga vida. Así son los del Rosh ha Shaná, año nuevo judío”.
Muchas personas creen que la ensaimada es de origen árabe, pero no es cierto. Algunos defienden esta teoría porque en la gastronomía árabe hay unos dulces similares rellenos. Pero, las ensaimadas se empezaron a rellenar de cabello de ángel a partir de 1970.
Si decides viajar a Menorca debes probar la típica ensaimada menorquina. En Mahón y Ciutadella se venden las mejores ensaimadas. Incluso, en el aeropuerto encontrarás una gran variedad de sabores.
También puedes probar la sobrasada menorquina que está elaborada con carnes seleccionadas del cerdo, tanto magro como tocino. La carne es embutida en tripa natural y se condimenta con sal, pimienta y pimentón.
Debes saber que en esta isla se elabora el queso de Mahón-Menorca. Es un queso elaborado a partir de la leche recién ordeñada de vacas criadas en esta zona.
Tiene un color anaranjado, porque se va untando con aceite de oliva y pimentón. Durante el proceso, se moldea a mano hasta conseguir su forma cuadrada.
En las queserías encontrarás cuatro variedades según el tiempo de maduración: el tierno, el semi-curado, el curado y el añejo.