Mucho se ha escrito y mucho se seguirá escribiendo de la relación que existe entre el consumo de vino y los beneficios que puede aportar a la salud. Este tema sigue estando en el centro del debate científico y son muchos los estudios contradictorios que existen al respecto, sin embargo, la Fundación Española del Corazón se decanta por recomendar su consumo moderado como posible reductor del riesgo cardíaco.
¿Por qué existen posturas encontradas?
Como ocurre con todos los temas que tienen relación con la especia humana, siempre podemos encontrar defensores y detractores sobre una misma cuestión. Lo ideal, entonces, puede que sea encontrar el punto medio, y así, con el tema que nos ocupa, poder disfrutar del vino, sin que nos perjudique.
Todo este revuelo en torno a los beneficios o perjuicios del vino surgieron a principio de los años 90, con lo que se llamó la paradoja francesa. En unos análisis estadísticos se comprobó que las afecciones por enfermedades cardiovasculares tenían una incidencia menor en Francia, que en otros países como Estados Unidos.
Lo cierto es que nuestros vecinos franceses no se distinguen por comer muy sano. A pesar de que la comida francesa tiene una fama más que justificada, la verdad es que las salsas con base de mantequilla o nata son muy frecuentes. Por lo tanto, no es una comida muy sana. A estos datos hay que añadir que el índice de tabaquismo de los franceses era más alto que el de otros países con los que se les comparaba.
Buscando el factor diferenciador para poder arrojar luz sobre estos datos se comprobó que era una costumbre extendida en Francia tomar una copa de tinto en las comidas.
Algún emprendedor decidió entonces encargar un análisis de los componentes del vino, que pudieran ofrecer una explicación. Rápidamente salieron a la luz los efectos antioxidantes y beneficiosos del reverastrol, uno de los componentes del vino.
¿Qué es el reverastrol?
El resveratrol es un polifenol natural o antioxidante que se encuentra en una gran variedad de plantas y frutos, tales como los arándanos, las moras, las uvas, entre otros. Este es creado naturalmente para la protección de hongos y bacterias. Además, minimizan los efectos negativos del frío, los rayos ultravioletas del sol y demás factores que destruyen sus estructuras diariamente. En recientes estudios científicos se ha encontrado que cada litro de vino tinto contiene entre 1 y 7 miligramos de resveratrol. Asimismo, se ha comprobado que este elemento antioxidante tiene propiedades protectoras en el organismo de los seres humanos, cuando es consumido por ellos.
De ahí que se llegara a la conclusión que consumir vino era beneficioso para la salud.
Propiedades que se le atribuyen al vino
Los primeros estudios que se hicieron se dirigieron a los componentes no alcohólicos del vino, especialmente a los taninos. Son una sustancia que proporciona un característico amargor algo secante a determinados vinos. Se perciben con facilidad en las encías y la lengua. Proceden de la piel y la semilla de la uva y también de la crianza en madera.
Otra de las propiedades teóricamente beneficiosas que se han atribuido al consumo moderado de vino es que actúa sobre los «radicales libres», que teóricamente son responsables del envejecimiento y del endurecimiento de las arterias, la arteriosclerosis.
Es importante hacer hincapié en lo de consumo moderado, que hace referencia a una copa de vino tinto al día, idealmente en la comida, con el fin de retrasar la absorción de etanol y disminuir el nivel de alcoholemia alcanzado.
Además se le atribuye ser un factor de prevención contra cáncer de color y el cáncer de mama. Científicos de la Universidad de Leicester (Reino Unido), explicaron en la 2ª Conferencia Científica Internacional sobre el resveratrol y la salud que, el consumo moderado de vino tinto de forma regular puede reducir la tasa de tumores intestinales en aproximadamente un 50%. El motivo de que reduzca la aparición de cáncer de mama es que los productos químicos en la piel y semillas de las uvas rojas reducen los niveles de estrógeno y aumentan los niveles de testosterona en las mujeres premenopáusicas, lo que se traduce en un menor riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.
Pese a todo, el hecho de tomarse una copa de vino tiene que ver más con el placer que con la prevención. Creo que para el consumidor esto se deja en un plano secundario, muy bien acogido, pero que poco tiene que ver en el momento en que se decanta por esta bebida, ya que la intención es la de poder disfrutar de un buen vino. Desde Plantvid nos han ayudado a encontrar los factores determinantes de las variedades para obtener el mejor vino. Las claves se centran en conocer el tipo de uva, su procedencia y el origen de la cepa. Y es que la vid es el punto de partida para poder disfrutar de un buen vino, con todas sus propiedades.