Ya ha comenzado el esperado mundial de futbol Qatar 2022. El primero de la historia que se celebra en los meses de noviembre y diciembre, cuando lo normal es que se realicen entre junio y septiembre. A pesar de las fechas, esto no impedirá que los aficionados animen a su selección, ataviados con camisetas, bufandas y banderas, allá donde se encuentren.
Este emirato árabe, situado al sur de Arabia Saudí, uno de los principales productores de petróleo del mundo, la tercera reserva de gas natural más importante del planeta y el país con la renta per cápita más alta del globo, ha organizado una copa mundial de futbol a su medida.
Para empezar, ha fijado un calendario inusual, que aunque esto implique una menor asistencia de visitantes que si se hubiera realizado durante los meses de verano, lo ha sabido suplir con la venta de los derechos de retransmisión de los partidos y llenando los estadios con público local. Ha interrumpido las competiciones nacionales y continentales, especialmente de Europa y gran parte de América, algo que otro país organizador no se hubiera atrevido. Sin embargo, gracias a ello, lleva a los futbolistas en unas mejores condiciones de forma y con un menor cansancio acumulado.
Ha demostrado una gran capacidad de organización. Levantando estadios de futbol e infraestructuras en un tiempo récord, muchas de ellas con carácter provisional. Como el Estadio Al Thumama con capacidad para 40.000 localidades y que cuando termine el campeonato se reducirá a 20.000, desmontando las filas superiores. O el Estadio 974, construido con containers de carga y que es fácilmente desmontable en el caso de que posteriormente no se utilice.
El empleo de containers no solo se ha utilizado en la construcción de campos de futbol, sino también para habilitar las free zones. Villas de apartamentos destinadas a albergar a la prensa y a los aficionados, próximas a los estadios deportivos. Cada container se divide en dos departamentos, con dos camas cada mitad, un baño y una ducha.
Forma parte del concepto de lo que en Qatar se ha querido llamar “Mundial sustentable.” Unas instalaciones que puedan ser reutilizadas para posteriores eventos deportivos o desmontadas en el caso de que no sean necesarias.
Otra de las peculiaridades que está teniendo este mundial es la prolongación del tiempo de juego en los partidos. Entre el tiempo de descuento de la primera y la segunda parte, los partidos duran entre 15 y 30 minutos más de lo habitual. El público puede entrar y salir cuando quiera del estadio. Algo muy habitual entre los catarís cuando asisten a cualquier espectáculo: cine, teatro, conciertos.
Qatar, un país con 2,8 millones de habitantes y que nunca antes se había clasificado para la fase final de un mundial. Sin una gran tradición futbolística y echando mano de obreros hindús, paquistanís y de Bangladés para construir los estadios, se ha preparado para ofrecer a su población un espectáculo de primer nivel.
Los datos del mundial.
El emirato árabe espera recibir 1,5 millones de visitantes a lo largo de todo el campeonato. Según fuentes de la organización, se han vendido 2,95 millones de entradas para todo el torneo. En los 10 primeros partidos han acudido casi 511.000 personas. Cifras que pone en duda el enviado especial del rotativo argentino El Diario AR, ya que según ellos, ni en la jornada inaugural se alcanzó un lleno completo de las localidades. En todos los partidos se aprecian amplias zonas en el graderío sin ocupar. El partido que más público congregó fue el Argentina – Arabia Saudí, con 88.012 asistentes.
Con apenas 11.500 metros cuadrados de extensión en el país, para celebrar el mundial se tuvieron que construir 7 estadios de futbol nuevos y remodelar el histórico Al Kalhifa. Todas las canchas se encuentran en Doha, o alrededor de ella, la capital del país, que concentra 2/3 de su población. Se adaptó la red de metro para que se pudiera acudir en transporte público a los 8 estadios y se adecuaron los horarios de los encuentros para que el público pudiera acudir a varios partidos el mismo día. Un visitante puede seguir todo el campeonato sin moverse del mismo hotel.
Hasta la fecha, la asistencia a los partidos oscila entre los 40.000 y 45.000 asistentes, siendo más de un 50%, población local. Esto choca con otros mundiales celebrados anteriormente, como el de Estados Unidos de 1994, donde el promedio de personas por partido era de 68.991, o el de Alemania en el 2006, con un promedio de 52.590 asistentes por encuentro. En el mundial de Sudáfrica del 2010, el que ganó España, acudían casi 50.000 espectadores a cada partido.
El calendario de la competición ha impedido que muchos aficionados se desplacen a Qatar. El que no se celebre en el verano austral ha imposibilitado que millones de hinchas utilizaran sus vacaciones para seguir el campeonato en vivo. Sin embargo, la magia del futbol ha vuelto a aparecer. Por televisión, la retransmisión de los partidos acapara la audiencia en aquellos países en los que juega su selección. El partido de España contra Costa Rica, que supuso el debut español en la competición, fue seguido por 10,8 millones de espectadores en nuestro país.
Dónde anima la afición.
El futbol es un fenómeno sociológico. Va más allá del simple placer por seguir un deporte o identificarse con un equipo. En él interviene el sentimiento de pertenencia a un grupo. A la gente le gusta seguir y animar a su selección arropada por otras personas con el mismo espíritu y sentimiento.
En el futbol, el público es el jugador número 12. Ejerce como tal dentro de un estadio o delante de una pantalla de televisión. Por eso a la gente le gusta ver el futbol en grupo. Reuniendo a la familia o a los amigos en una casa o viendo el partido en un bar.
Según el periódico El Confidencial, los bares en los que se ponen partidos de futbol aumentan entre un 20 y un 30% la facturación los días de partido respecto a un día normal. Algunos aficionados acuden al bar, ataviados con las camisetas de su equipo, con bufandas y banderas, como si acudieran al estadio.
Los propios bares ponen banderas y pancartas animando el ambiente. Estos establecimientos se convierten, por unas horas, en delegaciones de los estadios. Se crea una atmosfera muy especial. En el local coinciden niños, jóvenes, adultos y personas de 70 años. La gente queda con sus amigos para ver el partido mientras toman una cerveza o un refresco. Toda la sala vibra al unísono ante un gol o una falta.
Es algo que solo sucede a este nivel con este deporte. El futbol es el deporte de masas del mundo entero. Algo capaz de unir a las personas más allá de las edades, los credos o las ideologías.
Bufandas y banderas para animar.
Si sorprende que un país construya en menos de 10 años la infraestructura para celebrar un mundial, como ha sucedido en Qatar, no menos sorprendente es que en pocos días se tengan los medios para animar a tu selección.
Como nos informan en fabricabanderas.com, gracias al diseño informático y la tecnología en la producción se pueden fabricar bufandas y banderas de futbol personalizadas en unas pocas horas.
La personalización consiste en que puedes tener la bufanda de tu equipo o selección haciendo referencia a una competición en concreto: Qatar 2022, a un partido específico: Octavos de final, y con un mensaje de ánimo: “Aúpa la Roja.”
Esto se puede hacer debido al diseño por ordenador, la impresión directa y los materiales de última generación.
El diseño por ordenador permite introducir los colores y el texto que queramos. Cambiar el tamaño de la letra y colocar frases, imágenes o logos en la parte de la bufanda o bandera que deseemos. Resaltamos unos elementos sobre otros. El nivel de posibilidades para realizar un diseño es casi infinito.
Con la impresión directa se introduce un artículo en blanco (una bufanda, una bandera) y se imprime como lo realizaría una impresora de ordenador. Cuando hablamos de artículo en blanco, significa que no lleva nada impreso, no que sea de color blanco. Para imprimir una bandera de la selección española cogeremos un artículo con fondo rojo o rojo y gualda.
La impresión se puede hacer con esa rapidez y ese aspecto fotográfico gracias a los materiales sobre los que se imprime. Por ejemplo, se pueden hacer estampados sobre poliéster 100% en las dos caras introduciendo todo tipo de detalles.
En un material acrílico se puede fijar un fondo como máximo de tres colores e imprimir sobre él imágenes, palabras y logos empleando otros ocho colores más.
Con un tejido 75% acrílico y 25% poliéster, se puede imprimir sobre una cara detalles, con una alta definición.
Aunque asistamos, probablemente, al mundial más polémico de la historia, no podemos evitar que la emoción del futbol nos embargue. Es momento de hacernos con bufandas y banderas para animar a nuestra selección, empujarla para que llegue lo más lejos posible, y disfrutar de un espectáculo que solo se produce cada cuatro años.