Cómo actuar ante los suspensos de junio

Junio, el temido mes para todos los estudiantes. Da igual la edad que tengas (a no ser que estés en la Escuela Infantil) porque cuando acabas los exámenes de junio y se acercan las calificaciones te empieza a entrar un tembleque en las piernas que no hay quien lo aguante. “Me ha caído una”, “Me han caído dos”; “Mis padres me van a matar”… con los pensamientos que cruzan la mente de algunos niños y adolescentes en esta época del año.

Sin embargo, lo que muchos no entiendes, es que suspender una asignatura no tiene por qué significar no haber aprendido nada. Muchas veces se suspende un examen por nervios, por no haberse sabido expresar correctamente, por no conseguir aprender de memoria ciertos conceptos, etc… y todos esos errores, obviamente, hay que subsanarlos pero haberlos tenido no implica no haber aprendido nada. Por eso, los expertos, no aconsejan el castigo ante las malas notas de un hijo sino, más bien, un acuerdo.

Hoy en día se prefieren los consensos y la compresión a los castigos y las decepciones. Expertos mundiales en educación aseguran que se obtienen mucho mejores resultados de este modo y el niño o niña se hunde menos en el hoyo. Una buena opción son las academias de verano. Apuntar al niño o adolescente a una academia de verano para reforzar y ayudarle a pasar el examen de la asignatura que no ha conseguido aprobar es una gran elección según los expertos porque, al mismo tiempo que se da un apoyo al estudiante (en lugar de un castigo) se establece una rutina de trabajo que no interfiere en la posibilidad de disfrutar un poco de las vacaciones y el tiempo libre de los meses estivales. Pupilos, una de las academias de Sevilla que obtiene mejores resultados con sus alumnos asegura que en vacaciones debe haber tiempo para todo. El día tiene 24 horas, si 8 son para el descanso aún quedan 16, y de esas 16 sobra con dedicar una la academia y otra hora más, u hora y media, al estudio para poder ponerte al día con una asignatura. Sobran, por tanto, 14 horas que se pueden distribuir para el ocio, el juego y la fiesta.

Veamos un ejemplo de organización que sirve tanto para niños como para adolescentes:

De Lunes a Viernes:

  • Nos levantamos a las 9
  • A las 10 se estudia una hora
  • A las 11 podemos bajar a la piscina, ir a la playa, salir a pasear.
  • A las 13:30 se vuelve a casa para comer
  • Descanso
  • A las 16:00 academia
  • A las 17:00 de vuelta a casa y tarde libre para el ocio familiar o con amistades.

Los castigos pocas veces funcionan. De hecho, en la mayoría de las ocasiones, es más fácil que el niño o niña se hunda poco a poco e incluso llegue a pensar que es menos inteligente que sus compañeros de curso, bajando así su autoestima, antes que conseguir que reaccione ante los libros y aprenda a estudiar. A veces es mejor aplicar un poco de psicología para estudiantes y esperar a ver resultados.

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